¡Bienvenidos!

Qué sensación más agradable que entrar a un baño limpio, acogedor y con rico aroma. Esos son precisamente los tres puntos de partida que tenemos que pensar al decorar nuestro baño de visita. Todo lo demás, viene a sumar puntos para que la experiencia y apariencia sigan mejorando.

El baño de visita es el lugar por excelencia en el que nuestros invitados deben sentirse cómodos y bienvenidos, pero al mismo tiempo, es el espacio que debe revelar todo nuestro buen gusto y estilo. Aquí cada detalle cuenta y nada puede ser dejado al azar: tonos, texturas, artefactos, materiales, iluminación y accesorios.

Al ser un espacio de bajo tránsito y donde se puede prescindir de la ducha, el papel mural es una excelente opción, ya que no hay que preocuparse por la humedad ni el vapor. Los tonos neutros son por lo general los más utilizados, porque otorgan calidez y elegancia, sin embargo, no hay que temerle a los colores fuertes o mezclas más atrevidas, sobre todo considerando que el lugar se usa menos y, por lo tanto, cansa menos.

Si hay un aspecto del baño donde puede lucirse, es en la grifería. En este caso, opte por las alternativas más decorativas, siempre en el estilo del recito. Una recomendación: ocupe una de tipo monomando, ya que ocupan menos espacio y aquí, por lo general, es escaso.

Prefiera una luz cálida e intente evitar sectores de sombra. Si el baño es pequeño, una buena opción es poner una lámpara colgante o una lamparita sobre el vanitorio, ambas ideas harán que se vea muy original. A esto le puede sumar un espejo entretenido, velas perfumadas, inciensos, flores frescas o plantas, cuadros, ricos jabones, lindas toallas, canastos con rollos de papel higiénico o revistas y todo lo necesario para dar una buena impresión.