Receta para una cocina de campo

Nada más lindo que una cocina de campo, esa donde se preparan los platos tradicionales, donde abundan las fibras naturales, las frutas, verduras, hierbas, huevos, conservas y aromas de la buena mesa. Abiertas a la familia y a los invitados, este lugar es por naturaleza acogedor, dinámico y con un encantador desorden que aporta vida y movimiento.

Canastos de variadas formas y tamaños, grandes recipientes de vidrio y lata para almacenar arroz, harina, azúcar, legumbre, pastas y más; ollas de cobre colgando del techo en conjunto con una grifería que siga la misma estética campestre y delicada, como la grifería Lotta, de Stretto, que tiene una terminación cobre que combina perfecto con este estilo. Reliquias y recuerdos de familia; coloridos manteles, paños y cortinas; una gran tetera al fuego de una cocina a leña, una robusta mesa de madera; hierbas en macetas y un queque o un kuchen siempre listo. Así es la clásica cocina de campo, con sabor a historia, tierra y tradición.

Y no es necesario estar fuera de la ciudad para poder disfrutar de este añorado ambiente, de hecho, si incorporamos algunos de estos detalles, podemos trasladar el campo a nuestra cocina en la ciudad y gozar de esa calma y sencillez tan anhelada en el ajetreado mundo urbano.

Recursos hay muchos, pero lo importante es no descuidar los detalles, de manera que el resultado sea convincente y auténtico. Es por esto que recalcamos la grifería lota con terminación cobre de Stretto, que con su noble y cálida tonalidad cobriza, encarna a la perfección ese anhelado aire rústico. Si a eso le sumamos detalles como malla de gallinero en los muebles, flores frescas, lucir la madera en su tono original y agregar toques de color, como negro, turquesa o rojo, podemos lograr un encantador rinconcito de campo a la ciudad